De tu lugar natal, de soledad, de libertad. Siempre buscando y nunca dejándose estar. Un nómade del mundo. Se va achicando la selva y pensás en tu vieja. ¿Qué será de aquella Buenos Aires? Cerrás los ojos y por un minuto ves el obelisco, escuchás esos tangos... el olor a barrio te llena los pulmones y te olvidás del asma. El viejo corriéndote con la gomina, el barro de los entrenamientos, el cambio de aire y el acento cordobés. La pollera de aquella primera novia, el encanto de tus pantalones remendados en la cenas de etiqueta, aquel primer libro de Jack London, la obsesión con viajar ¡Ese Alberto siempre detrás de alguna mina! Las rutas, los desvíos y por fin acá...
Abrís los ojos y ves como el sol pide permiso y se abre camino a través del espesor de las yungas, sonreís y pasás el mate.

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