
Prende y apaga su farol.
La oscuridad siempre le dio miedo, pero más miedo le daba la luz, sí, esa luz plena y enceguecedora de la cual no se puede escapar. Una vez que un rayo atraviesa el ventanal, la casa está tomada. Hoy prende y apaga su farol. No puede definir si quiere terminar con lo que ya empezó. No se sabe si en ese 'principicio' se agazapa la luz.
¿Son las vueltas que da la vida, o las vueltas las doy yo?
Prendo y apago el farol.
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