Dejó caer en sus muñecas el jugo de un limón, nunca le gustó el limón pero quizás de eso se trataba...
Se vistió con ropa que jamás usaría y por primera vez en mucho tiempo se soltó el pelo que por ese entonces le abrazaba la cintura. Hoy empezaba a ser otra, o quizás hoy empezaba a ser ella misma.
Todo había cambiado para Esperanza desde esa noche en que vio a Fermín. Los meses parecieron no haber transcurrido. Las noches de desvelo por el extraño frío de abril se esfumaron cuando se encontró en esos ojos. Los bancos más duros de la plazas de la ciudad parecieron hechos de algodón.
Ahora ya no estaba sola. Su madre se había equivocado, existía un mundo de a dos.
Bienvenidos al tren
Bienvenidos al tren!
Sí, es posible que más de una vez descarrile. También puede hacer paradas en pueblos hostiles y estoy en condiciones de asegurar que va a transitar por parajes inhóspitos. Por momentos es más lento que el Gran Capitán y se viaja peor que en el Sarmiento. Aún así sean bienvenidas aquellas almas que quieran someterse al trajín de desempolvar recuerdos, construir anécdotas y volverse cada día un poquito más locas. Estos son mis vagones, fotos instantáneas de momentos irrepetibles. Fragmentos de un presente escurridizo que nunca se deja atrapar, porque este instante ya pasó.
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