El cielo se ilumina y otro día se avecina, las calles se amotinan y yo salgo a caminar
Del sur llega una luz que me encandila, dos faroles que destellan irradiando libertad
Roto, envenenado de tristeza, dice que la vida es bella y se larga a lagrimear
Loca, me refugio en esa boca, y lo sigo como un perro que va en busca de un hogar
Porque en el sur yo conocí a ese morocho y aquel día me hice el bocho que lo iba a enamorar
Andaba sola y me colgué de una esperanza, sin querer me vine mansa y me dejé domesticar
La luna vino llena de ilusiones como todas las canciones que esta noche he de entonar
La noche llegó con todas sus ansias a despertar a mis nostalgias y a esta curda de arrabal
Dónde están esos ojitos, entreabiertos, espejitos
esos ojos que hipnotizan al mirar?
quién asoma en la ventana de esa alma entusiamada?
qué hago yo que ya no puedo ni pensar?
Bienvenidos al tren
Bienvenidos al tren!
Sí, es posible que más de una vez descarrile. También puede hacer paradas en pueblos hostiles y estoy en condiciones de asegurar que va a transitar por parajes inhóspitos. Por momentos es más lento que el Gran Capitán y se viaja peor que en el Sarmiento. Aún así sean bienvenidas aquellas almas que quieran someterse al trajín de desempolvar recuerdos, construir anécdotas y volverse cada día un poquito más locas. Estos son mis vagones, fotos instantáneas de momentos irrepetibles. Fragmentos de un presente escurridizo que nunca se deja atrapar, porque este instante ya pasó.
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