Cuando la cerveza se calienta demasiado,
el cenicero esta lleno y el paquete vacío,
pierdo la cabeza y me siento un desgraciado,
como quien tiene por hobby al vino del estío.
Traté de que el corazón
no me diera explicación
para no derramar
lágrimas en tu honor.
Traté de que la razón
me llevara al buen camino,
ella me presentó al vino
al que agradecido estoy.
Y hoy resulta que ayer
la princesa se hizo reina,
aquel cepillo sin dientes
hoy es el que mejor peina.
Ya no deshace el sommier
aquel amor tan fugaz,
que en ese cuarto de hotel
se declaraba inmortal.
Cuando las estrellas iluminan mi pasado
puedo verte de rodillas pidiéndome que vuelva,
hoy en mi ventana veo llover sobre mojado,
me siento un niño indefenso en medio de la selva.
Traté de que mis ojos
no te vieran tan lejos,
pero siempre sera así
mi triste porvenir.
Traté de que mi pasión
se perdiera entre el montón,
pero siempre será igual,
siempre se volverá al primer amor.
Las pastillas del abuelo
Bienvenidos al tren
Bienvenidos al tren!
Sí, es posible que más de una vez descarrile. También puede hacer paradas en pueblos hostiles y estoy en condiciones de asegurar que va a transitar por parajes inhóspitos. Por momentos es más lento que el Gran Capitán y se viaja peor que en el Sarmiento. Aún así sean bienvenidas aquellas almas que quieran someterse al trajín de desempolvar recuerdos, construir anécdotas y volverse cada día un poquito más locas. Estos son mis vagones, fotos instantáneas de momentos irrepetibles. Fragmentos de un presente escurridizo que nunca se deja atrapar, porque este instante ya pasó.
domingo, 26 de abril de 2009
la cerveza
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