Hoy estaba pensando en los recuerdos y me acordé de Silvio. Me pregunto si alguna vez habrá podido dar respuesta a esa pregunta que nos hacemos todos... ¿Adónde van? ¿Adónde van esos instantes en los que deseamos que el tiempo se detuviera? ¿Y esos otros segundos que nos cambiaron la vida para siempre? ¿Adónde van las palabras y los abrazos? ¿Y quién es el guardián de las cosas que nunca hicimos?
¿Será que somos nosotros realmente artesanos de lo que viene? A veces pienso que somos un experimento de algún científico loco. O que somos todos parte de un solo ser esquizofrénico.
¿Quién soy y adónde voy? Pero también, ¿dónde quedó eso que fui? y ¿dónde está eso que voy a ser?
Ojalá Silvio, pudiera sentarme a tomar un café con vos.
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