A las sombras olvidadas de un ayer sin tiempo;
a los odios estancados en pantanos de letargo;
a los fantasmas deambulantes de medianoche;
a los cucos de los roperos (no a los que viven bajo las camas, siempre me parecieron cobardes);
a los silencios que se esconden en las palabras;
a los que nunca arrojaron la piedra por no saber esconder la mano;
a los trovadores errantes que encallan en bares sin sueños;
a las noches profundas que devoran alcoholes;
a los que perdieron todo por andar siempre en busca;
a todos los que son nadie,
y a los nadies, que somos todos.
Bienvenidos al tren
Bienvenidos al tren!
Sí, es posible que más de una vez descarrile. También puede hacer paradas en pueblos hostiles y estoy en condiciones de asegurar que va a transitar por parajes inhóspitos. Por momentos es más lento que el Gran Capitán y se viaja peor que en el Sarmiento. Aún así sean bienvenidas aquellas almas que quieran someterse al trajín de desempolvar recuerdos, construir anécdotas y volverse cada día un poquito más locas. Estos son mis vagones, fotos instantáneas de momentos irrepetibles. Fragmentos de un presente escurridizo que nunca se deja atrapar, porque este instante ya pasó.
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