Hoy puedo decir que estoy orgullosa de ser quién soy... mirando hacia atrás entiendo que todo, lo bueno y lo malo, me trajo hasta acá, y debo sincerarme y decir que estoy feliz. Quizás no sea la felicidad plena de los cuentos de hadas, pero estoy llena de amor, soy más sabia que ayer y tengo entusiasmo y gusto por la vida. A lo largo de los años tuve la tendencia de registrar momentos de angustia y hacerlos poesía. Con las mismas ganas de seguir escribiendo, y con la honestidad que una actividad así requiere, quiero registrar este momento también. Mejorar, avanzar, crecer, enriquecerse, todo eso está muy bien... pero también detenerse y decir "lo hice bien", "mirá lo que logré", "¿te acordás dónde estabas ayer?" Una palmadita al ego, un mimito al alma, la motivación para superarse. Si se quiere, siempre se puede. Si se deja de tener miedo y se actúa, si se deja de excusarse y se vive. De eso se trata. Por eso hoy no me arrepiento ni de lo hecho ni de lo no hecho, lo que hice fue desde la convicción; y si me faltó valor para hacer lo que no hice, sé que aprendí de ese error y ahora lo tengo.
Animarse, soñar, vivir...
Bienvenidos al tren
Bienvenidos al tren!
Sí, es posible que más de una vez descarrile. También puede hacer paradas en pueblos hostiles y estoy en condiciones de asegurar que va a transitar por parajes inhóspitos. Por momentos es más lento que el Gran Capitán y se viaja peor que en el Sarmiento. Aún así sean bienvenidas aquellas almas que quieran someterse al trajín de desempolvar recuerdos, construir anécdotas y volverse cada día un poquito más locas. Estos son mis vagones, fotos instantáneas de momentos irrepetibles. Fragmentos de un presente escurridizo que nunca se deja atrapar, porque este instante ya pasó.
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